Quilmes se encuentra realizando la pretemporada y formando un plantel, a priori por nombre, competitivo. Cuando el panorama parecía bueno para el conjunto de Zona Sur se desataron tres bombas que podrían afectar la complicada economía del club.
En las últimas horas, al Cervecero se le desencadenaron varios problemas: podría salir el reclamo de dos ex jugadores de la institución para que les paguen lo que le deben. Si esto se cumple, se viene horas difíciles para el Decano.
El primer conflicto es por el futbolista Franco Pedrazza. Su representante Luis Andreuchi, ex jugador de Quilmes y encargado de armar el plantel con el que el club descendió a la B Nacional, llevó al jugador a la institución y reclamaría la cifra, que supera el millón de pesos, que se le debe a su representado.
La segunda cuestión que afecta al Cervecero es el caso de Lucas Giovini. El arquero que llegó el último día del mercado de pases, en el que el Decano descendió a la segunda categoría durante la gestión de Andrés Meiszner, reclamará una suma por 900 mil dólares y no jugó ningún partido. Si, el Tribunal Arbitral del Deporte (más conocido como el TAS por sus siglas en Francés) falla a favor del jugador, la próxima Comisión Directiva deberá pagar lo que se le debe.
Las noticias fueron un balde de agua fría para el mundo Quilmes que se encuentra atravesando un Concurso Preventivo de Acreedores, por lo que cualquier fallo que de la justicia en contra de la institución acumularía más deuda, que se haría impagable para el Decano.