Efectivos policiales irrumpieron en una fiesta que se desarrollaba en un domicilio de Bernal, con presunta venta previa de entradas. Fue luego de recibir varias denuncias de vecinos de la zona por la música a todo volumen y el ruido, por lo que debieron clausurarla con intervención de la Municipalidad de Quilmes.
La fiesta, que se habría promocionado a través de redes sociales, se llevó a cabo durante la madrugada de este domingo en una casa situada en el cruce de las avenidas Lamadrid y San Martín, de Bernal centro. A la misma habían acudido cientos de jóvenes, quienes presuntamente compraron entradas para asistir, lo que convertiría al evento en ilegal y clandestino.
Por tal motivo, y ante las quejas de los vecinos por los ruidos molestos, oficiales de la Policía Bonaerense pusieron fin al encuentro junto con personal de la Agencia de Fiscalización y Control comunal. Si bien no hubo detenidos, la presencia policial se mantuvo hasta que se retiró el último de los presentes.