La búsqueda de una alimentación más saludable es una preocupación que crece entre los hogares. El público que mira el listado de ingredientes de cada producto es cada vez mayor. Una tendencia positiva que ha llevado a muchos ciudadanos a buscar alimentos alternativos una vez se han dado cuenta que aquellos que tradicionalmente han consumido no son tan sanos como pensaban. Dentro de esta transformación de los hábitos alimenticios, también se buscan sustancias que puedan beneficiar a una amplia cantidad de población como respuesta a las hambrunas o la escasez de ciertos productos que empiezan a agotarse, así como para responder a patologías derivadas de una mala alimentación.
Uno de estos productos de reciente descubrimiento que responde a criterios naturales es la moringa, una planta cultivada en diferentes partes del planeta que dispone de una serie de vitaminas que pueden ayudar a evitar problemas relacionados con la falta de alimentación en las zonas más pobres del planeta. Su uso ha sido aprobado por la Organización Mundial de la Salud después de que organizaciones como Acción Contra el Hambre la utilizarán para contrarrestar casos de desnutrición de forma masiva. Las primeras conclusiones no han surgido de rigurosos estudios científicos, sino que ha sido suficiente con contemplar los hábitos de la población local, que ha ingerido de forma masiva este alimento sin sufrir problemas relacionados con la anemia u otros derivados de la falta de vitaminas esenciales. Estos casos se han dado principalmente en diferentes áreas de África, islas del Pacífico o América Latina.
Los primeros estudios y análisis con base científica confirman lo visto en estas poblaciones. La moringa es una planta que cuenta con
nutrientes esenciales para responder a las necesidades básicas de la alimentación. Presenta ricos aminoácidos, proteínas y vitaminas A, B y C; así como otros minerales que pueden ser positivos para colectivos más vulnerables, tales como mujeres embarazadas o niños. A la moringa como un alimento capaz de evitar hambrunas, se suma un cultivo sostenible y natural que es capaz de crecer en condiciones climatológicas adversas.
Este alimento no solo debe considerarse como un remedio para paliar la desnutrición. También es posible darle uso en entornos más desarrollados donde este problema quedó atrás hace siglos. La falta de nutrientes vegetales es una cuestión que está a la orden del día entre un sector de la población debido a los malos hábitos alimenticios. Comida rápida, ultraprocesados o platos que se compran ya preparados llevan a la ausencia de productos básicos y absolutamente necesarios como la fruta o la verdura. Para combatir este problema, la moringa puede ser de gran utilidad hasta el punto de que ciertos países han empezado a fomentar su consumo como receta para reducir niveles de obesidad u otros problemas cardiovasculares consecuencia de una mala alimentación.
Su capacidad para implantarse en ciertos productos como barritas energéticas o batidos la convierten en una opción con muchas expectativas de crecimiento a nivel comerical. Algunas empresas han empezado a comercializar productos elaborados con esta planta que se pueden adquirir en más de 6.000 comercios en Estados Unidos.