“Decirles sobre el partido que arrancamos con mucha intensidad, agresividad, nos hacen el gol en una jugada que quedamos mal parados, es una realidad, pero el equipo siguió con la misma idea de seguir atacando. Tuvimos la mala suerte de no convertir el penal y en otra jugada muy similar convierten ellos el segundo”, inició el DT.
“Tuvimos mucha actitud, el arquero de ellos sacó cuatro o cinco pelotas muy buenas. Fue un golpe de local desde lo anímico post partido. Ellos se cerraron bien atrás, nos costó convertir, tenemos un sabor amargo también por todo el contexto de la gente, cómo alentaba, me voy con mucha bronca”, añadió.
Sobre cómo jugaba el conjunto de Mendoza, detalló: “Sabíamos cómo podían jugar ellos, los habíamos estudiado, somos todos seres humanos y lo que más destaco es que el equipo nunca bajó los brazos. En el segundo tiempo no nos desordenamos, hay golpes psicológicos también porque nosotros no nos cobran el gol, nos hacen el gol, viene lo del penal, son golpes duros. Pero el equipo tuvo actitud”.
Acerca de los cambios realizados, el técnico explicó: “Hicimos cambios, buscamos por derecha, por izquierda, no entramos en la locura, pero me parece que siempre tratamos de darle un sentido al juego. Ellos se cerraban bien, nos faltó la puntada final. Veníamos muy bien de local, esto es un golpe inesperado, pero hay que asimilarlo, haremos el duelo futbolístico y el martes ya comenzaremos a preparar el partido del próximo fin de semana”.
Por último, remarcó: “Es un torneo parejo, complejo, hay que apretar los dientes, es una realidad. Yo he dirigido acá en Quilmes, cuando se pierde de local es bravo y hoy con la gente que estaba conectada porque veía que el equipo estaba entero, pero no pudimos meter la pelota”.