Todo estaba preparado para una nueva faena para exportación de carne vacuna kosher a Israel en el Frigorífico Federal, en Quilmes. Los novillos comprados, el jefe rabino con su cuadrilla de trabajadores especialmente contratados para la matanza, además de todo el personal de la planta. Sin embargo, el anuncio del Gobierno del cese de la exportación de carne vacuna por 30 días los obligó a suspender la labor.
Para que una empresa obtenga autorización para exportar a ese mercado deben recibir la habilitación del Ministerio de Agricultura de Israel y del Superior Rabinato, también, de Israel. Para ello, debe cumplir con todos los requisitos y procedimientos religiosos, normas sanitarias israelíes y reglas de bienestar animal. Además, el degüelle del vacuno debe ser ejecutado por un Rabino de un modo preciso y con un cuchillo con medida especiales y cuya hoja tiene un filo perfecto.
Aunque hay versiones de que este tipo de producto podría quedar al margen de la traba para vender al exterior (como las cuotas Hilton de 29.500 toneladas de cortes de alta calidad a Europa, la cuota 481 de carne con hacienda terminada en feedlot al mismo bloque europeo y la de 20.000 toneladas a Estados Unidos), por ahora no hay una oficialización al respecto. En 2020, Israel importó de la Argentina 27.310 toneladas, un 15,1% más que en 2019. En valor las ventas subieron un 17,5% a US$189,8 millones.
En diálogo con La Nación, Martín Kessler, encargado de la organización de los contratos con Israel y Estados Unidos y del control de calidad de la mercadería, contó que no sabía cómo explicarles a sus clientes que por una medida del Gobierno tomada de “manera intempestiva” no iba a poder cumplir con los compromisos pautados.
“Cuando los llamé, muchos de ellos me dijeron que directamente busque otros frigoríficos en el Uruguay para proveerlos. Ellos necesitan la mercadería y no confían en la política del gobierno argentino. Tienen una incertidumbre total y no quieren quedarse sin carne para su negocio”, dijo. Según contó Kessler, el Rabinato dio permiso en la Argentina para faenar hasta el 27 agosto próximo. “Siempre las faenas se realizan durante cuatro meses entre la Pésaj y Rosh Hashaná (Año Nuevo) donde equipos llegan de Israel y se instalan en el país para el trabajo. Si se suspende, a las personas igual se les sigue pagando. Es un mes entero que nos atrasan, es inentendible. Tenemos contratos en Israel con supermercados que no podremos abastecer”, remarcó. Asimismo, indicó que el costo no es un tema menor no solo para ellos sino para la industria que ya tenía de antemano contratados servicios. “Están reventando la industria. Esta medida del Gobierno mata el negocio exportador. Muchas familias viven de la exportación como despachantes de aduana y fleteros: es una cadena que la rompen sin sentido”, aseguró.
Genaro Morrone, dueño del frigorífico Federal, que hace faena kosher para exportación, explica que si bien trabajar para Israel genera muchos costos extras y son pocos en el mundo los que quieren atenderlos, desde siempre entendió que había una veta comercial para explotar. También exporta para la comunidad judía que está en los Estados Unidos donde posee otra habilitación. “La faena cuesta 1000 dólares por tonelada de mano de obra religiosa. Es laborioso trabajar con ellos, pero vi una posibilidad de crecimiento para mi frigorífico. En el país no hay más de 12 plantas que trabajan para Israel”, finalizó.
Fuente: La Nación