Alejandro Larumbe, presidente de la cámara gastronómica de Quilmes y dueño del restaurante “El charro”, aseguró: “Un 10% de los 106 restaurantes que están asociados a la cámara cerraron sus puertas y un porcentaje muy alto está en riesgo de cierre”.
Al referirse a los restaurantes más antiguos de Quilmes, Larumbe advirtió: “Los que pagan su cuota mensual son negocios que tienen desde 10 a 40 años de antigüedad”. Por consecuencia, “pueden tener más respaldo económico”. Sin embargo, “los 400 emprendimientos del sector, ajenos a la cámara, son los más afectados por la cuarentena”.
Larumbe contó que trabaja en buenos términos con la secretaría de desarrollo económico y fiscalización. En cambio, “La respuesta desde la seguridad, es baja y muy ineficiente”. También, manifestó su preocupación por los reiterados asaltos en la ciudad. “Estamos siendo víctimas de 1 o 2 robos a restaurantes todas las semanas y 2 o 3 a los trabajadores de delivery”.
Por otra parte, Larumbe recomendó: “Para salir de esta situación hay que ser creativos y reinventarse”. Un ejemplo es Álvaro Montiel, dueño del restaurante “La hornería”, ubicado en la Avenida Brandsen, esquina Lavalle. “Un día me cansé que el delivery me diera pérdidas y pensé como podía volver a estar vigente sin que me cierren el negocio”. Así fue, como a los 4 meses de aislamiento social preventivo y obligatorio, se le ocurrió adaptar su patio de comidas a la “verdulería del barrio”.
Actualmente, “La hornería” tiene 6 empleados mensualizados de 20 que, antes de la cuarentena, eran eventuales. Es decir, 14 empleados cobraban por jornada laboral y al no tener ventas, no se necesitó más personal.
A su vez, el comerciante percibió: “Cuando se pueda, solo nos van a dejar abrir un 30% de la capacidad total del establecimiento. Con esos números es imposible cubrir los costos fijos de facturación”. Por tal motivo, la venta de vegetales, llegó para quedarse.
Larumbe reveló que “Estamos reclamando la vuelta del take away pero todavía no hubo respuesta por parte del Estado”. Aun así, Montiel resaltó: “No vivimos en un municipio en donde la gente tenga acceso a pagar por un servicio todas las noches”.
El presidente de la cámara gastronómica, a su vez, pidió la apertura de las terrazas con todas las medidas de prevención y distanciamiento social. Solo se permitiría la asistencia de 4 personas por grupo familiar. “Somos conscientes de la crisis económica y emocional que el quilmeño transita. Por ello, solicitamos la flexibilización de la cuarentena”, finalizó Larumbe.