La madrugada del domingo 1 de septiembre de 2019, tras mantener una relación de cinco años de convivencia con Marina Madonia, Sebastián Pauloni llegó a la casa de su ex pareja en el partido de Quilmes, tocó timbre y como no salía nadie, trepó el muro, forzó una ventana por la que ingresó e incendió el departamento. Los hechos quedaron registrados por la cámara de vigilancia.
Después de varias idas y vueltas y reconciliaciones, ella cortó definitivamente la relación. Él se fue a Europa durante un mes y cuando volvió quiso retomar la relación como si nada; pero para ella, la decisión estaba firme: ya no había vuelta atrás.
Desde entonces, él empezó una campaña de hostigamiento y persecución hacia Marina hasta que le incendió la casa. Esa madrugada, ella se salvó de milagro porque se quedó a dormir en casa de una amiga en Capital Federal. “Él tenía adicción al juego, era un tipo obsesivo, la psicopateaba todo el tiempo”, aseguró a NOVA, Mario Madonia, padre de la joven.
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Llamativamente, este jueves 2 de enero, las juezas Diana Alimonti y Patricia Pattanella, de la Sala I de Garantías y Apelaciones del Departamento Judicial de Quilmes, firmaron la orden de excarcelación en favor de Pauloni. En el fallo argumentan que el procesado “no presentaba riesgos para sí, ni para terceros”.
La investigación del caso recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 5 de Quilmes, a cargo del fiscal Jorge Saizar quien solicitó la detención preventiva para Pauloni. La familia del violento apeló la medida, pero el magistrado lo denegó.
Así las cosas, el caso pasó a Cámara donde recayó en manos de las juezas Alimonti y Pattanella, quienes dictaron arresto domiciliario para el sujeto. El fallo causó indignación y preocupación en la familia Madonia.
“Ahora a ella le volvió el miedo, miedo que se le había calmado cuando él estaba detenido”, se lamentó el padre de Marina, quien pide que se haga justicia para su hija.