El celular se ha convertido, desde hace ya algunos lustros, en el dispositivo favorito para la población en el momento de establecer conexión con internet. Era cuestión de tiempo que, con las características que lo hacen dispositivo inteligente y la ampliación de sus funcionalidades, se convirtiera también en un aparato destinado, entre muchas otras actividades, al entretenimiento y ocio más puro. Y es que ya supera a las computadoras gamer y las videoconsolas como plataforma para disfrutar de un título.

La mayoría de los juegos que se pueden encontrar disponibles para las pequeñas pantallas se descargan a través de los mercados de aplicaciones, portales especializados que organizan las diferentes categorías y garantizan, en cierto modo, la seguridad de sus usuarios. Hay miles de títulos de tipos diferentes, pero una gran parte se presenta a priori de manera gratuita y sin la necesidad de desembolsar ningún peso para ello. Estos son los conocidos como freemium o free-to-play, en los que nos centraremos en este artículo.

Antes de entrar en materia, cabe comentar que en estas tiendas virtuales también se pueden encontrar portales especializados en algunas prácticas que no están bajo un modelo tan definido como el de pago o el gratuito. Un claro ejemplo de ello es la aplicación para dispositivos móviles que ofrece una experiencia al momento a los usuarios como son las partidas y los campeonatos de póker. Uno deposita la cantidad económica que desee y, con ella, podrá realizar sus apuestas en la mesa.

Freemium: el videojuego gratuito

El videojuego gratuito tiene muchos términos anglosajones que lo definen: free-to-play, freemium o free-to-start. Su explicación es simple y muchos ya la conocerán, se trata de aquellos títulos que ofrecen todo o una parte de su contenido sin la necesidad de hacer ningún desembolso económico. Independientemente a esa denominación, su subsistencia se basa en dos modelos de negocio que expondremos con todo tipo de detalles: las microtransacciones y el consumo de anuncios publicitarios.

Del primer grupo, las microtransacciones o micropagos, como su nombre indica, hacen referencia a pequeñas cantidades económicas que debe aportar el jugador cuando ya se ha hecho con el título descargado. En muchas ocasiones se ofrece un contenido adicional que tiene poca o nula incidencia en el juego, como la apariencia de los avatares; mientras que en otros se puede observar que es de suma importancia abonar una cantidad para seguir la aventura, tener más facilidades o ventajas competitivas respecto a los contrincantes.

Por otro lado, se encuentra la presencia de anuncios, algo de lo que muchos internautas se quejan de manera recurrente en el momento de consumir una aplicación. Al ser gratuita de inicio y durante todo el desarrollo de la actividad, todos los gastos intentan ser cubiertos por compañías que deciden anunciarse con bloques publicitarios. En la mayoría de las ocasiones, lo hacen en formato de vídeo o imagen entre partida y partida: den clic o no para ampliar la información, ya han conseguido llamar la atención del usuario.

Ambos modelos específicos de negocio dentro de la rama gratuita se basan en videojuegos o títulos de masas en línea. Por un lado, sin contar con una importante nómina de jugadores, difícilmente el producto sea autosuficiente para sobrevivir. Por el otro, sería ideal que requiriera de conexión a internet durante el transcurso de toda la actividad para poder facilitar los pagos al instante o el consumo de anuncios cuando la acción lo requiera. Sin red, no se podrían dar ninguno de los dos escenarios.

Pay-to-play, la suscripción en el juego

Hay otro concepto, poco habitual en los títulos para celulares, que también está a la orden del día: el pay-to-play o pagar por jugar. En este caso, el título no es tan descriptivo: abonando un precio mensual, como una suscripción, la compañía creadora se garantiza unos ingresos y eso les permite seguir invirtiendo en futuras mejoras. Es propio de los juegos de rol que encontramos para videoconsolas, sobre todo computadoras, y que normalmente responden a categorías de rol o de acción en línea cuya experiencia se vive junto a otros usuarios compartiendo espacio y momento.