La noticia del fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo entero. En Quilmes, ciudad profundamente marcada por la fe popular, la despedida se tiñe de recuerdos emotivos y anécdotas que reflejan el cariño mutuo entre el Sumo Pontífice y la comunidad local.
Uno de los momentos que más resonaron entre los quilmeños fue en 2015, cuando el vecino Martín Cavallaro, reconocido hincha del Quilmes Atlético Club, tuvo la oportunidad de visitar al Papa en el Vaticano. En ese encuentro, le entregó una camiseta del Cervecero, símbolo de orgullo para miles de quilmeños. Francisco, fiel a su estilo cercano y campechano, la recibió con una sonrisa y la bendijo.
Un año antes, en 2014, otro gesto quedó grabado en la memoria colectiva: Daniel Pedernera, entonces parte de una delegación del SEDRONAR, viajó a Roma y llevó consigo un regalo muy especial. "Había que llevarle algo que sea significativo de Quilmes, y lo único que tenemos que solo se consigue acá son los "Capitán del Espacio", contó con ternura. Francisco recibió la caja de alfajores con alegría, reafirmando su conexión con las cosas simples y auténticas del pueblo.
La relación del Papa con Quilmes también se mantuvo a través de los años gracias a los frecuentes encuentros con el obispo Carlos Tissera, con quien compartía un lazo desde antes de asumir el pontificado. En varias de esas visitas, Francisco grabó videos saludando a la comunidad quilmeña, mensajes que hoy cobran un valor inmenso para quienes lo recuerdan no solo como líder espiritual, sino como un hermano cercano.
Más recientemente, un hincha de Argentino de Quilmes también tuvo un emotivo acercamiento al Santo Padre. Durante una audiencia pública, logró ubicarse a pocos metros del Papa y levantó en alto la camiseta del Mate. En la imagen que logró capturar se lo ve al Papa Francisco mirando directamente al joven y saludándolo, en un gesto que conmovió profundamente a los seguidores del club de la barranca quilmeña. Fue un instante breve pero cargado de simbolismo para los hinchas y para la ciudad.
Hoy Quilmes llora su partida, pero también celebra haber sido parte, aunque sea pequeña, del camino del primer Papa argentino. Sus gestos de humildad, su cercanía con los más necesitados y su amor por los símbolos del pueblo quedarán por siempre en el corazón de los quilmeños. Porque más allá del Vaticano, Francisco fue, y seguirá siendo, un pastor de todos.