Una intensa masa de aire polar ingresará al territorio bonaerense desde la madrugada del lunes, generando un brusco descenso térmico que, según el SMN, traerá no solo heladas generalizadas sino también la posibilidad de nieve en zonas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

“Este fenómeno puede sentirse entre la madrugada y la mañana del lunes con precipitaciones y caída de nieve. Luego las condiciones van a mejorar con cielo parcialmente nublado”, informó el organismo nacional, que también emitió alertas amarilla y naranja por tormentas en Ciudad de Buenos Aires y otras 11 provincias del país.

En el AMBA, se estima que la mínima rondará los 3°C, con una máxima que no superará los 10°C, aunque las sensaciones térmicas podrían ser mucho más bajas, especialmente durante la madrugada, donde se concentran las probabilidades de nevadas.

El recuerdo inmediato remite al 9 de julio de 2007, cuando la nieve sorprendió a los vecinos del conurbano tiñendo de blanco calles, plazas y techos. Fue la primera vez en casi 90 años que se registró una nevada de esa magnitud en la región. A 17 años de aquel histórico fenómeno, la expectativa vuelve a crecer.

¿Y en Quilmes?
La posibilidad de nieve en el distrito costero no está descartada, aunque dependerá de factores puntuales como la humedad, la intensidad de las precipitaciones y la persistencia del aire polar. Quilmes, al estar cerca del Río de la Plata, suele registrar temperaturas algo más elevadas que otras zonas del conurbano oeste o sur profundo, donde las nevadas podrían tener más chances de concretarse.

Aun así, con las temperaturas extremas previstas y el aire frío en altura, el fenómeno podría llegar también a la región ribereña. Vecinos de Bernal, Ezpeleta y Solano ya comparten en redes sociales su ilusión con la posibilidad de ver caer algunos copos.

Se recomienda a la población estar atenta a los avisos del Servicio Meteorológico Nacional y tomar precauciones ante las bajas temperaturas, especialmente durante la noche del domingo y la madrugada del lunes. ¿Será este el año en que Quilmes vuelva a soñar con nieve? Habrá que mirar el cielo.