Madryn amaneció en esa jornada con temperaturas muy bajas y, a medida que pasaron las horas, se hizo presente una fuerte nevada. Pese a que la misma mermó a una hora del partido, el frío y un alerta de tormenta eléctrica provocaron que las autoridades municipales suspendieran el encuentro y toda actividad al aire libre.
De esta manera, la Asociación del Fútbol Argentino deberá reprogramar el cotejo, ya que no pudo realizarse este domingo por la persistencia de las inclemencias del tiempo. Según trascendió, habría posibilidades de que se juegue a fines de julio. Esta situación le generó un fuerte dolor de cabeza a Quilmes, a raíz de los costos logísticos que debieron afrontar.
El elenco de Aldo Duscher ya emprendió la vuelta a casa y se mentaliza en lo que será el partido ante San Lorenzo del próximo sábado, por los 16avos de final de la Copa Argentina.