La noche del 9 de agosto, el aire de Almagro tenía esa mezcla de frío y expectativa que sólo se siente a la puerta de un teatro antes de un estreno. Afuera, en Humahuaca 4310, las luces del cartel de Muy Teatro recortaban la vereda.
En el escenario, un hombre llamado Joaquín —interpretado por Marcelo Bielawin— intentaba armar una máquina del tiempo con una caja de cartón. No era un invento perfecto ni buscaba serlo. Era, más bien, un intento por volver atrás para hablar con su madre, que ya no está. A su alrededor, Veronica Beluje, Alejandra Gonzáles Vigil, Agustina Lucero, Leonardo Gabriel Modolo, Natalia Nievas y Lucas Tresca encarnaban los rostros, las voces y los recuerdos que lo empujaban, o lo retenían, en ese viaje.
Entre escenas, la bailarina Paloma Ramírez aparecía como un hilo de humo: su cuerpo traducía en movimiento lo que las palabras no podían decir. En el aire quedaba flotando la sensación de que el tiempo, quizá, no es una línea sino un círculo imperfecto.
Hacia el final, mientras el aplauso crecía, una joven en la tercera fila se secaba las lágrimas. No era la única conmovida, pero en ella se veía, con nitidez, lo que había pasado en la sala: una emoción que no necesitaba explicaciones, un eco íntimo de la obra en cada espectador.
Nada de eso habría ocurrido sin quienes permanecieron invisibles para el público, pero sostuvieron la maquinaria de la obra: Yanina Soulé en producción, Paloma Mendoza en el arte, Romina Gomez en asistencia general, Jorge Lopez en asistencia de dirección, y Ariel Aloi.
En cualquier esquina hay una mujer habitando la Luna se presenta todos los sábados de agosto a las 22.30 en Muy Teatro. Entradas en: https://www.alternativateatral.com/obra63958-en-cualquier-esquina-hay-una-mujer-habitando-la-luna