“Hubo muy pocos días de trabajo para lograr eso (un mejor funcionamiento), se necesitan muchos días de trabajo, muchas horas y convencimiento de ellos. Durante todo este proceso la idea era otra, y recién lo hablaba con los chicos, por ahí estaba la jugada y la posibilidad, y el ser humano es así. Cuando está acostumbrado a ciertos hábitos y en el momento de presión o de estrés vuelve a lo que hacía antes, donde tenía esa seguridad en lo previo a modificar esos hábitos. Hay que seguir trabajando y convenciendo a los jugadores de la idea”, detalló el DT en primera instancia.

En referencia a las sensaciones con las que se quedó del encuentro, remarcó: “Si rescato, más allá del enojo de la gente que lo entiendo, que el equipo hizo un esfuerzo muy grande. Tenemos que mejorar las formas, las herramientas y los lugares a atacar, porque fue exactamente lo mismo que vi en el partido con San Miguel, con dos hombres de más no ocupábamos bien los espacios. Entraron en un momento muy difícil los chicos (Mariano Miño y Juan Ignacio Capano), el partido estaba bravo y Jano (Coronel) mismo, hay que entrar en esos momentos y tener la capacidad de modificar el trámite. Son chicos jóvenes que van a seguir aprendiendo y hay que seguir trabajando”.

“Hay una ilusión muy buena dentro del ambiente del equipo, hubo rendimientos a mí que me gustaron y los resalté que fueron castigados por ahí por la gente, que hicieron un trabajo formidable para el equipo. Con los cambios busqué ganar el partido, porque una de las fortalezas del equipo es la pelota parada también, y sacando a Belinetz y a Kalinski perdíamos mucho juego aéreo, entonces era rezar porque no haya ninguna pelota detenida, por la superioridad en altura que tenían. Pensaba que generando esa superioridad en la mitad de la cancha podíamos ser profundos”, relató.