El caso tuvo su origen en enero, cuando una joven rusa de 22 años ingresó a una clínica de Bariloche para dar a luz. No hablaba español y había llegado al país para escapar de una relación violenta, buscando proteger a su bebé. La acompañaba su amiga y traductora, Svetlana Komkova.
Según explicaron desde la defensa, un malentendido entre el personal médico y la paciente dio lugar a sospechas infundadas. La joven no quiso revelar el nombre del padre y pidió no tener cicatriz visible tras el parto, un deseo estético que fue malinterpretado como indicio de posibles delitos. Sin verificar los hechos, las suposiciones llegaron a la fiscalía y el caso tomó otra dimensión.
La abogada Nathalie Broitman sostuvo que “este expediente nació sin una sola evidencia. Médicos que se creyeron investigadores. Hicieron creer a una mujer embarazada, víctima de violencia doméstica, que si no daba el nombre del padre no podría salir del hospital con su hijo”.
Poco después, un grupo médico envió un informe a la fiscalía asegurando que la joven era menor de edad y que podía ser víctima de explotación, a pesar de que su pasaporte demostraba lo contrario. Ese informe se transformó en el puntapié de la investigación judicial.
¿Qué sabe la testigo? Se revela el secreto que está hundiendo el caso Rudnev en Argentina
Al día siguiente, la versión preliminar se transformó en titulares: “Descubren red rusa de trata de personas”. En ese contexto, el nombre de Konstantin Rudnev apareció como supuesto líder de una organización delictiva.
El abogado Carlos Broitman, integrante de la defensa, afirmó que “todo comenzó con un error médico, pero intervinieron intereses políticos y mediáticos que necesitaban una historia fuerte. Inventaron una secta, crearon un culpable y la maquinaria judicial empezó a proteger su propio error”.
Según la defensa, no existen víctimas confirmadas, transferencias de dinero ni vínculos directos entre Rudnev y la joven rusa que dio origen a la causa.
La joven madre denunció haber sido sometida a procedimientos médicos sin su consentimiento y a un trato que calificó como violento. Según la doctora Broitman, se le administraron medicamentos para inducir el parto contra su voluntad y fue convencida de que era una víctima de trata, sin comprender la situación. Su historia terminó en el centro de un expediente que hoy mantiene detenidas a varias personas, entre ellas, a Rudnev.
Rudnev es un ciudadano ruso dedicado a prácticas filosóficas y espirituales, que vivía en contacto con la naturaleza y, según su entorno, sin vínculos con organizaciones religiosas en Argentina. Su nombre fue incluido en la investigación, aseguran, por una combinación de prejuicios y necesidad mediática de construir un “líder” para la historia.
“Rudnev no lideraba ninguna secta. Era una persona que ayudaba a otros a encontrarse a sí mismos. Pero los medios necesitaban un monstruo, y lo crearon”, expresó uno de sus abogados.
A pesar de la controversia y de los cuestionamientos de la defensa, la fiscalía de Bariloche mantiene a Rudnev en prisión preventiva. “Los errores existen, pero acá el error se transformó en estrategia. Nadie quiere reconocer que acusaron a un inocente. Y hoy un hombre sigue preso por un delito que nunca existió”, dijo Nathalie Broitman.
Organizaciones de derechos humanos y allegados a Rudnev reclaman que se revise el expediente y se escuche a la defensa. Denuncian que hubo pruebas que no fueron difundidas por la prensa y difundieron un video con detalles del caso:
PARTE 1 | ¡FALSA ACUSACIÓN! La abogada revela pruebas secretas que la prensa ocultó. También impulsan una campaña internacional para visibilizar la situación:
- Firmá la petición por la libertad de Konstantin Rudnev
- Conocé su historia
Fuente de Información: Youtube