La carrera de Carlos Olarán quedó marcada para siempre por la Supercopa Sudamericana 1988, el torneo internacional que Racing conquistó después de una campaña inolvidable. Aquella consagración —la primera copa internacional del club después de la histórica Libertadores de 1967— se transformó en un símbolo de renacimiento deportivo.
En ese equipo, Olarán compartió plantel con leyendas como Rubén Paz, Néstor Fabbri, Fernando “Teté” Quiroz, Miguel Colombatti, entre otros nombres que siguen siendo recordados por todos los hinchas. Dirigidos por Alfio Basile, construyeron un equipo sólido, aguerrido y con una identidad muy marcada, que logró imponerse en la final frente a Cruzeiro con un Cilindro colmado.
Además de su paso por Racing, Olarán defendió otras camisetas del fútbol argentino, siempre con la misma imagen: firmeza defensiva, profesionalismo y compromiso en cada equipo. Su carrera incluyó pasos por distintas categorías del fútbol local y también experiencias internacionales, donde dejó una huella similar.
Ya retirado de la alta competencia, Olarán eligió Domselaar Chico como su residencia. Aquí mantiene un perfil cercano, participa de la vida cotidiana del barrio y disfruta del entorno natural junto a su familia. Muchos vecinos lo reconocen, pero siempre le respetan la tranquilidad que vino a buscar.
Para los hinchas de Racing, cruzárselo en las calles del barrio es reencontrarse con un pedazo vivo de su historia.
