En la mañana de hoy llegó a las oficinas del Quilmes Atlético Club una comunicación oficial de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) notificando una resolución parcial a favor de un reclamo iniciado por el club chileno Unión La Calera.

Se trata de nada más ni nada menos que el controvertido pase del arquero Lucas Giovini hacia la institución decana del Fútbol Argentino. El arquero de 35 años que pertenecía al club trasandino, le costó a Quilmes la insólita cifra de 900.000 dólares, un valor sumamente alto teniendo en cuenta que el jugador nunca había disputado un partido ni entrenado con un plantel de Primera División.

Además, se dio un día antes de las elecciones (que finalmente triunfó la oposición) y la compra se hizo a una sola firma, la del entonces presidente Andrés Meiszner (también debía validarlo el Secretario General y pasar el tema por reunión de Comisión Directiva). Debido a esta maniobra, el hijo del histórico dirigente Jose Luis Meiszner fue denunciado junto a Luis Andreuchi (ex mánager del Cervecero y destinatario del pago de los cheques por la compra de Giovini) a fines de 2016 por el presidente entrante Marcelo Calello.

Según informaron desde la dirigencia del Cervecero, apelarán la sentencia de la FIFA ante el TAS (la máxima instancia de la justicia deportiva a nivel mundial).