El brutal crimen ocurrió sobre un colectivo de la línea 100. El efectivo falleció de cuatro balazos cuando intentó repeler un asalto por parte de delincuentes armados.
La escena tuvo lugar en la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, barrio porteño de Barracas, ayer a las 23:40, en el coche 4845 de la línea 100. Dos delincuentes subieron al colectivo y amenazaron al chofer y a los pasajeros que estaban en la parte delantera con la intención de robarles. Segundos después, uno de los ladrones se dirigió al fondo y sacó un arma para asaltar al resto del pasaje.
Fue en ese momento que el oficial, ubicado en la parte media trasera izquierda del colectivo, se levantó del asiento y se identificó como policía para evitar el robo. Justo en ese momento se desató la balacera. “Apenas dio a conocerse empezó la balacera. Ahí empezaron a los tiros y me agaché para cubrirme”, relató Pablo, el chofer del colectivo. “Están todos regalados, esto es un asalto”, gritaron los delincuentes apenas subieron a la unidad, de acuerdo con lo que contó el colectivero en diálogo con TN.
Tras el intercambio de disparos, uno de los ladrones escapó por la puerta trasera, mientras que el otro quedó al lado del conductor. “Me empezó a amenazar con el arma para decirme que le abriera la puerta porque yo había puesto en marcha el colectivo pero debía esperar a que se detuviera para poder abrirle. Fue por eso que no me disparó”, agregó Pablo. De acuerdo con el testigo, uno de los delincuentes -el que escapó por el fondo- es un hombre de unos 45 años. El otro sería un joven de no más de 30. “Gracias al policía estamos vivos”, expresó.
De acuerdo a los investigadores, el delincuente le disparó cuatro veces a Esteban Lagos, el efectivo, mientras que los otros dos civiles resultaron heridos en medio del tiroteo. En cuanto al otro pasajero muerto, trascendió que se trata de un hombre de 43 años, identificado como Roberto Juan Bonifacio, un barrendero con domicilio en la localidad bonaerense de Sarandí.
El policía murió al poco tiempo en el hospital Churruca, mientras que uno de los pasajeros perdió la vida en el Argerich. El otro permanece internado tras recibir un disparo en el pie, aunque fuera de peligro.
Esteban vivía en Ezpeleta y su padre es efectivo de los Bomberos Voluntarios de Quilmes. Desde la cuenta de twitter, sus compañeros le brindaron su pésame.