En Agosto del año pasado, la agente de la Policía Federal Ariana Micaela Romero fue cruelmente asesinada por una manada de motochorros en un kiosco de Quilmes Oeste, a unas pocas cuadras de su vivienda. "Es Rati" fue lo único que atinaron a decir, momentos antes de balearla en varias ocasiones en el pecho y arrebatarle sus pertenencias. A pesar de los esfuerzos por salvarla, la joven de 23 años murió minutos después en el Hospital "El Cruce" de Florencio Varela. Según los testimonios de la familia, los delincuentes eran del barrio y la conocían a Micaela desde jóvenes.
Por el atroz hecho cinco hombres fueron arrestados y también un menor de edad a quién debido a su condición se le otorgó prisión domiciliaria, decisión que provocó indignación en las redes sociales. El joven delincuente (oriundo de Florencio Varela) que cumplió la mayoría de edad a fin de año, lejos de quedarse "perfil bajo", continuó realizando asaltos y robos por la zona: Una vecina denunció que el domingo 24 de enero le robó a mano armada y también en moto cuando salía de trabajar en Quilmes Oeste, pero durante el ataque reconoció al atacante y le dijo “Yo te conozco, a vos te dicen ‘Rata’, si no le devolvés las cosas te voy a denunciar”, lo que provocó que, en efecto, el delincuente desista de su actitud arrojando la riñonera con los elementos sustraídos y emprendan la huida.
La Policía Bonaerense lo arrestó en las últimas horas en su domicilio (donde debía cumplir con la prisión) tras una investigación de la fiscal Mariana Curra Zamaniego de la UFI N°6 de Quilmes acusado de robo a mano armada en grado de tentativa